Escrito por: Dra. Adriana Ribera

El estupro es un delito que afecta profundamente la vida de las víctimas, muchas de ellas menores de edad en el momento del abuso. Se caracteriza por el acceso carnal con una persona adolescente o joven mediante engaño, abuso de confianza o manipulación. A diferencia de la violación, el estupro se basa en el aprovechamiento de una relación de poder y la inmadurez de la víctima para consentir libremente (Organización Mundial de la Salud, 2021).

La Prescripción del Estupro: Un Obstáculo para la Justicia

En muchos países, el estupro sigue siendo un delito que prescribe, lo que significa que, tras un tiempo determinado por la ley, el agresor no puede ser procesado. En Bolivia, por ejemplo, este delito tiene un plazo de prescripción que suele estar ligado a la máxima pena establecida por el código penal (Código Penal Boliviano, Artículo 309). Esto limita la posibilidad de que las víctimas, que muchas veces tardan años en procesar el trauma y atreverse a denunciar, puedan obtener justicia (Amnistía Internacional, 2020).

La imprescriptibilidad de los delitos sexuales contra menores de edad ha sido una demanda constante en diversas partes del mundo. En algunos países, se han implementado reformas legales para evitar que el tiempo juegue a favor de los agresores (UNICEF, 2022). Sin embargo, en muchas legislaciones el estupro no es considerado un delito de lesa humanidad ni imprescriptible, lo que deja a las víctimas en una situación de desprotección.

Las Secuelas en la Salud de las Víctimas

Las consecuencias del estupro van mucho más allá de lo legal. Las víctimas suelen experimentar trastornos psicológicos como:

  • Estrés postraumático: flashbacks, pesadillas y reacciones físicas ante ciertos recuerdos o situaciones (American Psychological Association, 2019).
  • Depresión y ansiedad: sentimientos de culpa, vergüenza y aislamiento social.
  • Trastornos en la autoestima: la manipulación y el abuso pueden generar inseguridad y desconfianza en las relaciones futuras.
  • Problemas de salud física: alteraciones del sueño, dolores crónicos y trastornos alimenticios (Mayo Clinic, 2020).

Muchas víctimas también enfrentan el rechazo social y la re victimización cuando deciden hablar, lo que contribuye a su silencio por años. Esto refuerza la importancia de garantizar que estos delitos puedan ser denunciados en cualquier momento y que la justicia no dependa del tiempo transcurrido.

Hacia una Justicia Sin Plazos para las Víctimas

Eliminar la prescripción del estupro es un paso crucial para proteger a las víctimas y evitar la impunidad. Reformar las leyes para equiparar el estupro con otros delitos imprescriptibles, como la violación o el abuso sexual contra menores, sería una medida efectiva para garantizar justicia (Human Rights Watch, 2021).

Las víctimas deben tener el derecho de denunciar cuando se sientan listas para hacerlo, sin el miedo de que la ley favorezca a sus agresores. Al mismo tiempo, es fundamental fortalecer las políticas de prevención y educación para evitar que este tipo de delitos continúen ocurriendo.

Solo con un sistema judicial que priorice a las víctimas y con una sociedad comprometida en erradicar la violencia sexual, podremos avanzar hacia un mundo donde el estupro no quede impune.